La luna andaluza parecía calentar el aire de aquella noche de primavera. Solos, en parejas o en grupos, caminaban bajo la luz de la luna, entre las profundas sombras, hacia el bullicio de la conversación y la tenue luz que salía de la casa. Los veteranos recorrían el camino polvoriento con sus botas de montaña y zapatos resistentes mientras que los que acudían a aquel lugar mágico por primera vez lo hacían a trompicones por el accidentado camino con sus tacones y delicados zapatos de ciudad.... Sign in to see full entry.